Cuando alguien menciona a Venecia, en Italia, lo primero que nos sugiere es romanticismo, embrujo, encanto y nos trae a la mente la imagen de una ciudad irreal, sacada de algún cuento de hadas. Y es que Venecia tiene la capacidad de trasladar a sus vistantes a otro mundo y a otro tiempo, de hacerlo quedar encantados y sucumbir ante sus muchos encantos, sin darnos pie a destacar unos más que otros. Porque Venecia es preciosa en su conjunto. Como diría alguien, una ciudad sin desperdicios, ya que todo en ella resulta mágico y de una belleza incomparable. Cuando la visitéis en vuestra escapada a Venecia, comprobaréis que no son nada exagerados los adjetivos que se aplican.
Venecia es la capital de Véneto, en Italia. Está formada por 120 islas pequeñas, unidas por unos cuatrocientos puentes aproximadamente. Podemos tener acceso a la ciudad desde el Puente de la Libertad, que nos llevará hasta la Piazzale Roma.
El haber sufrido inundaciones desde que se fundara la ciudad, haciendo que la gente deba utilizar sus canales para moverse de un lado a otro en embarcaciones (góndolas), ha hecho que se haya creado un enorme atractivo para sus visitantes, quienes disfrutan realizando recorridos por sus canales, más de 150, subidos en una góndola. También existe otro medio de transporte más colectivo, se trata del vaporeto, que vendría a ser como el autobús tradicional terrestre. Para los recorridos cortos se suele utilizar la bicicleta o se hacen caminando. Aunque, realmente, solo subiéndose en una góndola tendremos ocasión de conocer un poco más la esencia de Venecia, al que podemos añadir el carácter romántico tan grande que tiene. Por ello, si llegamos en una escapada romántica a Venecia, no debemos olvidarnos de obsequiar a nuestra pareja con esta experiencia única, y si el recorrido lo hacemos de noche y a la luz de la luna, todo será mucho más perfecto y encantador.
