Son pocos los territorios fuera de la península que España tiene bajo su jurisdicción, entre ellos el Peñón de Alhucemas destaca como uno de los de más pequeños. Ubicado a escasos metros de las costas marroquíes de la ciudad de Alhucemas, el Peñón de Alhucemas destaca no solo por su pequeño tamaño sino por su participación en la historia.
Historia del Peñón de Alhucemas
La incorporación del Peñón de Alhucemas a los dominios de España data del año 1560 cuando el Sultán Muley Abdalá lo entregó a la Corona española a cambio de protección contra los otomanos. Con el pasar de los años sirvió de prisión para presos comunes y políticos. Y como importante fuerte de defensa para la ciudad de Alhucemas como parte de la zona española del protectorado.
Una fortaleza en medio del mar
El Peñón de Alhucemas es como tal un roquedal de escasas dimensiones pero lo suficientemente grande que en algún tiempo albergó a una población de 350 personas entre las guarniciones y sus familias. Tiene unas dimensiones de 170 metros de largo por 86 de largo y una altura máxima de 27 msnm. Vista desde la playa de Sfiha o del aire el Peñón de Alhucemas se asemeja a castillo o fortaleza sobre el mar, debido a la presencia de sus baterías defensivas. En su interior existen diversas construcciones de distintas épocas destacando un faro, iglesia, casas, puerto y almacenes. Anexa a esta por medio de un pequeño camino se encuentra la Pulpera, que sirvió de cementerio.
Para concretar su escapada al Peñón de Alhucemas usted debe primeramente viajar al África cruzando el Mediterráneo. Puede llegar vía marítima o aérea a Melilla para dirigirse a la ciudad de Alhucemas en automóvil hacia el Oeste. Acercándose al Peñón de Alhucemas con embarcación contratada y tomando las mejores fotografías de sus alrededores.
Foto: flickr.com/photos/melillamirada/3421793456