Volvemos de nuevo a la Gran Manzana porque no acabaremos nunca de verla. Hay miles de propuestas por descubrir. Siguiendo por el centro, Times Square está llena de luz y color, y una masa de gente que se apodera se sus calles. La vida urbana en Nueva York no para en ninguna estación del año, pero hay algo que nos atrapa y no tenemos ganas de irnos nunca.
El edificio de Rockefeller Center atrae las miradas porque hay una gran pista central de patinaje, que en invierno es una de las atracciones de la ciudad por su hielo. Sentarnos en alguna de sus esquinas y contemplar el ir y venir de la gente nos ayuda a descubrir la ciudad de las ciudades.
El barrio financiero, Wall street, está lleno de edificios modernos y antiguos a la vez, como la popular Bolsa de Nueva York. Al lado se encuentra el que fuera antigua ayuntamiento de la ciudad. Aquí podemos contemplar a ejecutivos que almuerzan fuera de las oficinas, en la calle o en algún parque contiguo para seguir con su trabajo.
Contempla los más altos rascacielos. Son obras arquitectónicas por si solas que nos impresionan. De todos los edificios llaman la atención el Empire State, pero el Crysler, de tipo art decó, es también bastante impresionante y se divisa desde todos los rincones de esta impresionante ciudad.
Si estás por el centro, es momento de las compras. Hay tiendas de todo tipo, desde más asequible (piensa que en agosto también hay rebajas) hasta las marcas de moda y extra lujo en la Quinta Avenida. Gucci, Tiffany’s, Chanel… es un gran espectáculo ver sus escaparates. Se mira, pero no se toca a no ser que tengas un alto poder adquisitivo.
A la hora de la cena tienes mil opciones por escoger. En esta ciudad se hallan los restaurantes más reputados del mundo y de las especialidades culinarias más diversas. Recomendamos ir a algún restaurante con cocina típica yankee. Las hamburguesas en tales establecimientos son generosas y están muy buenas. Te traen todos los platos siempre con complementos: plato de zanahorias, patatas, sopa o ensalada incluidos en los menús. No te pierdas tampoco los postres caseros, como las tartas de queso, de arándanos, de chocolate…