Póngase una parka y prepare su paladar: viajar a Buffalo es seguro que implicará dos cosas: un clima extremo y alitas de pollo irresistibles. Claro, usted podría congelarse en el invierno y broncearse más de la cuenta en el verano, pero una escapada a Buffalo le puede ofrecer recompensas sorprendentes.
Esta ciudad lacustre es mucho más que la puerta de entrada a las Cataratas del Niágara (una maravilla natural magnifica que indudablemente vale la pena visitar en su viaje).
En primer lugar, hay una comunidad artística en auge por descubrir, ya que la anteriormente poco atrayente Buffalo se ha convertido en el principal destino de las artes al oeste de Nueva York, un resultado que nadie esperaba cuando los artistas comenzaron a reunirse aquí en la década de 1970 por los alquileres baratos.
Buffalo es también es una gran ciudad deportiva. Con una población local apasionada y siempre listo para una noche ruidosa y estridente de football americano.
Usted también puede estudiar la arquitectura rica en historia del centro de la ciudad de Buffalo, un testimonio de sus días de gloria, cuando era conocida como la capital de los millonarios de Nueva York.
Si tu interés es la arquitectura, entonces recuerda visitar las «casas de la pradera», construidas por el maestro arquitecto americano Frank Lloyd Wright a comienzos del siglo 20.
