Escapadas románticas a Burdeos
No cabe duda que, si hay una ciudad que se asocia automáticamente con el vino, se trata de Burdeos, capital de la región francesa de Aquitania, y conocida en todo el mundo por la variedad y calidad de los vinos que allí se producen. Si a este dato le añadimos la belleza propia de la ciudad y sus alrededores, y la gran oferta de recorridos turísticos que en ella podemos encontrar, nos daremos cuenta de que se trata de un magnífico destino para organizar una escapada romántica con nuestra pareja, para prácticamente cualquier época del año.
La mayor parte de los visitantes de Burdeos y su región, se acercan aquí atraídos por la fama mundial de sus vinos. No en vano existen unos 14.000 productores, tanto de tintos como de blancos, en una región vitivinícola que incluye Saint Émilion, Pomerol, Médoc y Graves y tiene varios representantes entre los más caros y deseados del mundo, como el Château Lafite Rothschild, el Château Margaux, el Château Latour, el Château Haut-Brion o el Château Mouton Rothschild.
Así, si pasamos unos días en esta ciudad del vino del sur de Francia -con más de 2.000 años de historia a sus espaldas, por cierto- descubriremos que existen infinitas opciones para realizar visitas a las bodegas más destacadas, degustaciones y excursiones por los viñedos y sus castillos. Incluso algunos hoteles ofrecen en sus paquetes turísticos la cortesía de servirnos una botella de vino en la habitación a nuestra llegada.
Si acaso esto no fuera suficiente, la ciudad de Burdeos ofrece al visitante un extenso patrimonio histórico y artístico, que la ha hecho merecedora de la distinción por parte de la Unesco como Patrimonio Mundial. El Puerto de la Luna ofrece un espectacular marco para pasear mientras admiramos su majestuosa arquitectura a orillas del río Garona.
El conjunto destaca especialmente por la arquitectura del siglo XVIII que encontramos repartida por toda la ciudad, verdadero ejemplo de elegancia que se ha logrado integrar perfectamente con el paisaje urbano más actual, en un ejemplo de urbanismo racional y humano, envidia de otras capitales europeas. A menos de una hora de distancia, además, tenemos la oportunidad de disfrutar del Océano Atlántico y de unas preciosas e inmensas playas de dunas en las que el efecto de las mareas dibuja siempre un paisaje distinto, o del bosque de Landas, el más amplio macizo forestal de Europa, un escenario ideal para realizar senderismo en un entorno natural fantásticamente conservado.
