Córdoba necesita más de un fin de semana para conocerla; sin embargo, si es lo que tenemos es mejor aprovechar bien el tiempo de que disponemos y proponernos llevarnos una imagen lo más completa posible de la ciudad de los Califas. Por ello, en primer lugar, quizás debamos olvidarnos de la zona moderna para podernos centrar por completo en lo más destacable y que nos puede interesar más. Por todo ello, vamos a preparar un recorrido coherente y lo más completo posible, con el fin de aprovechar al máximo nuestro fin de semana. Olvidémonos de vagar por las calles y plazas sin saber exactamente donde vamos, ya que la pérdida de tiempo sería imperdonable.
Vamos a visitar la parte histórica de Córdoba, la de más raigambre y la más cultural a la vez, por supuesto.
Al tratarse de una ciudad no excesivamente grande, Córdoba da pie a múltiples rutas para recorrerla. Sin embargo, en nuestro caso vamos a elegir tres puntos de referencia fundamentales en la ciudad: la Plaza del Potro, la Mezquita y la Plaza de las Tendillas. El punto de inicio lo podeis poner vosotros en función de la situación del hotel donde esteis alojados y de las preferencias de cada cual.

PLAZA DE LAS TENDILLAS
En esta importante plaza cordobesa se encontraba, allá por el siglo XVI, el Convento de los Comendadores de la Orden de Calatrava, así como pequeñas tiendas, que dio pie a que la gente comenzara a llamarla las Tendillas de Calatrava. Esta plaza ha tenido a lo largo del tiempo muchas transformaciones. La última se realizó en el año 1999 y estuvo llena de polémicas por el material que se utilizó y por el planteamiento de nuevo traslado del Monumento al Gran Capitán.
La plaza de las Tendillas está situada en la zona más moderna de la ciudad. Ella misma y todos sus alrededores son ideales si pensamos comprar algo de ropa, por ejemplo, ya que lo mejor del comercio cordobés se encuentra en esta zona. Allí cerca, si vamos por la calle Claudio Marcelo, encontraremos lo que queda de un templo romano con unas impresionantes columnas. Frente a este templo está la iglesia de San Pedro, que tiene la particularidad de que se entra bajando escalones y no subiéndolos. No muy lejos de allí está situada la Plaza de Capuchinos, en la que encontraremos al Cristo de los Faroles, como popularmente se le llama. En realidad, es el Cristo de los Desagravios y Misericordia, obra realizada por Juan Navarro León en el año 1794, siendo su promotor el capuchino Fray Diego José de Cádiz. Pero nadie lo conoce por ese nombre. Debido a que el Cristo está totalmente rodeado por faroles, la tradición popular prefiere llamarlo Cristo de los Faroles.
Ya que estamos paseando por esta zona, no olvidemos visitar en nuestro recorrido el Palacio de los marqueses de Viana, que en la actualidad está abierto al público. Se trata de una casa señorial del siglo XIV, conocida también como Museo de los Patios, ya que cuenta con 17 patios con bastante belleza. Si visitamos sus salones, podremos admirar obras de la escuela de Brueghel, porcelanas, alfombras, guardameciles, cordobanes, armas de fuego y algunos tapices de Goya. También es de destacar su biblioteca, que cuenta con ejemplares muy valiosos.

PLAZA DEL POTRO
La plaza del Potro de Córdoba está cargada de historia, incluso Cervantes la llega a mencionar en el Quijote. Allí se encuentra la famosa también Posada del Potro, el Museo de Bellas Artes y el Museo de Julio Romero de Torres. Es decir, que si nos gustan las artes plásticas podremos disfrutar ampliamente con esta visita a la plaza del Potro. También, cerca de allí se encuentra también el Museo Arqueológico que, aunque por el momento no es demasiado grande, conserva piezas que nos pueden interesar bastante.
Desde la plaza del Potro podemos dirigirnos a la plaza de la Corredera, donde podremos descansar un poco y tomar algo refrescante acompañado de una buena tapa en alguno de los muchos bares de la zona.

LA MEZQUITA
La Mezquita de Córdoba es la joya por excelencia de la ciudad. Si se visita Córdoba es practicamente obligatorio visitar la Mezquita de época medieval y seguro que no nos arrepentiremos, más bien al contrario, con seguridad la incluiremos entre los edificios más emblemáticos y bellos que hemos conocido en nuestra vida. Cerca se encuentra el Museo Diocesano de Bellas Artes y el Alcázar de los Reyes Católicos, muy interesante éste último por sus grandes jardines, sus baños árabes y sus bellos mosaicos.

En cuanto a gastronomía y estancia en Córdoba, la oferta sería innumerable. Córdoba dispone de una gran infraestructura para el turismo llegado de cualquier parte para que el visitante pueda disfrutar de sus excelentes restaurantes y hoteles, así como de su apartado más informal, como podría ser el buen ambiente que se vive en sus muchos bares y locales de tapas que se encuentran por toda la ciudad.

Pero Córdoba no es solamente estos tres puntos de nuestro recorrido, es mucho más. No nos olvidemos de Medina Azahara que, aunque bastante deteriorada, no deja de despertarnos la imaginación. El disfrute de un paseo por la Ribera y un recorrido por el Puente romano de San Rafael, entre la Torre de Calahorra y la antigua entrada medieval a la ciudad, desde donde nos podemos recrear en la flora y en la fauna que acompaña al río y, cómo no, la Judería, con su antigua Sinagoga que se encuentra en la calle Judíos, precisamente, cerca de la Plaza de Maimónides. Seguro que os resultará muy gratificante un paseo por sus estrechas y castizas calles, que nos pueden crear la sensación de estar andando por un pequeño laberinto. Pero todo esto lo podeis dejar para vuestra siguiente escapada de fin de semana a Córdoba, que seguro que la hareis.