Si a tu padre o marido le gustan las zonas costeras, es hora de escapar a la Costa Blanca, en la Comunidad Valenciana. Cuando las temperaturas aumentan es la épocas perfecta porque podemos pasear por los barrios marítimos, bajar a la playa a tomar el sol y navegar rícamente en un yate.

Alicante es una las ciudades más emblemáticas de esta costa, y ofrece gran cantidad de atractivos para el visitante. Sin ir más lejos, su paseo junto al mar es bello y lo encontramos repleto de terrazas y restaurantes de moda donde degustar auténtica paella valenciana, pero también ricos pescados y mariscos.

El Alicante monumental presenta edificios con larga historia que son buenas representaciones de la arquitectura árabe que habitó en tales lugares. Entre palmeras, descubrimos el Castillo de Santa Bárbara, ubicado en la cumbre del monte Benacantil a 166 metros de altitud. Está formado por tres recintos diferentes y de 3 épocas: la torreta del siglo XIV, las dependencias, del siglo XVI y el rinto interior, del siglo XVIII.

Otros lugares interesantes que visitar si estás en Alicante son la Concatedral de San Nicolás, la Basílica de Santa María, el Monasterio de la Santa Faz, el Palacio Maisonnave, la ermita de Santa Cruz o el edificio Carbonell, entre otros. A su vez, hay museos característicos que ofrecen miles de representaciones del arte de esta región.

Pero atrae por sus paisajes, con la bahía, el puerto, las playas y sus aguas cristalinas. Muy cerca, encontramos la isla de Tabarca, la única isla habitada de la Comunidad Valenciana, a once millas náuticas y cerca del cabo de Santa Pola. Es natural que se organicen toda clase de excursiones hacia la isla con embarcaciones.

Pero la Costa Blanca es mucho más porque está formado por gran cantidad de pueblos pesqueros y marineros, que suelen ser una gran atracción turística durante los meses de verano. Benidorm es escogido por viajeros de todas las pares del mundo, igual que Alfaz del Pi, Altea, Benissa, Alcoi, Denia, Santa Pola o Torrevieja.