Una escapada romántica a Milán saciará vuestras ansias de estar juntos y ver la diversidad del arte italiano un fin de semana.

Milán es una de las ciudades más bonitas para compartir en pareja y pasear por sus estrechas calles, llenas de historia y también mucho glamour. Aunque es una ciudad grande, puedes recorrerla con metro, y prácticamente todo lo importante lo tienes en centro histórico.

Reserva alguno de los vuelos de bajo coste que hay actualmente y prepárate a disfrutar la pasión en un pequeño hotel o casa rural a las afueras de la ciudad. Los hay más económicos que en la misma urbe, que suele ser bastante cara.

Además, puedes llegar fácilmente por tren, autobuses y otros transportes. Una vez en ella, además del metro, deberás desplazarte por los típicos tranvías que circulan hasta altas horas de la mañana. Es un transporte antiguo y con encanto, pero su ruido puede molestar un poco si te acuestas temprano.

Estamos en el centro, y como no podía ser de otra manera, nos disponemos a visitar el Duomo, la gran catedral de Milán que ya es símbolo de la ciudad en todo el mundo. Su hermosa arquitectura gótica y mezcla de otros estilos la definen como una obra de gran envergadura admirada en todo el mundo.

Aconsejamos subir a lo alto, bien sea por ascensor o a pie. La verdad es que no hay demasiados escalones y te ofrece vistas magníficas de la ciudad. También se puede visitar el interior de la catedral, que cuenta con varias capillas y vidrieras muy destacadas, grandes y con gran colorido.

En las calles colindantes al famoso Duomo, pueden verse algunas iglesias y edificios milenarios que coexisten normalmente con las tiendas de moda más extravangantes de mundo. El cuadrante de la moda, donde se sitúan las marcas de diseñadores más prestigiosos cuentan con escaparates y ropa realmente exclusiva. Se mira, pero no se toca.