El castillo de Sigüenza fue construido en el siglo XII sobre otro anterior musulmán. Se reformó en
los siglos XIV, XV, XVI y XVIII, sufrió graves daños en las guerras carlistas y en la guerra civil.
En el princípio Sigüenza fue un asentamiento celtíbero importante, situado en unos cerros a orilla del Henares.
Los romanos también la habitaron, luego los visigodos y más tarde los árabes.
En el año 1123, pasó a manos castellanas, el obispo aquitano Don Bernardo de Agen, al mando de un ejército conquistó la ciudad.
En 1138, Alfonso VII concedió a los obispos el señorío civil sobre la ciudad y sus habitantes.
La historia de Siguenza va unida a la del castillo y al clero.
El castillo- fortaleza fué creciendo desde que se construyó, fué haciéndose grande y poderoso. En èl habitaron largas temporadas los obispos.
En el siglo XIV, en 1355, fué recluida doña Blanca de Borbón, al repudiarla su marido Pedro I de Castilla, en una de las torres, convirtiendose en una leyenda.
El castillo acompaña con su esplendida silueta a la ciudad con sus torres, conventos, templos románicos, palacios y la arquitectura popular propia de estas tierras.
El castillo, de origen árabe, tiene varias torres con la misma altura, de planta rectangular y rematadas por almenas, lo rodeaba una muralla con un puente levadizo. Es un castillo de carácter defensivo.
De sus puertas aún existen el portalón del Hierro, el Portal Mayor, la Puerta del Sol y la Puerta del Toril. Su desafiante aspecto es el propio de una fortaleza medieval.
Su interior fué modificado para convertirlo en Parador, tiene hermosos salones entre los que destacan el salón rojo o salón del trono y el gran comedor o salón de doña Blanca es otra pieza de gran belleza.
Otras características especiales son su extensión, podia cobijar más de mil hombres y caballos y su caracter religioso.
Entre 1970 y 1976 se hizo la restauración para convertirlo en el Parador Nacional de Turismo Castillo de Sigüenza, uno de los más hermosos de España. Con un mobiliario castellano tradicional como auténticos aposentos reales, hermosos salones y una capilla románica del siglo XIII, el patio empedrado y el señorial comedor.
En sus alrededores encontrarás buenos restaurantes de cocina tradicional, migas y torreznos, asado de cabrito lechal, bacalao al queso manchego y los famosos borrachitos seguntinos, todo realizado con excelentes productos de la tierra.
También encontrarás casas rurales y hoteles donde pasar una hermosa escapada de fin de semana, en una villa histórica rodeada de bellos espácios naturales.
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