La ciudad de Teruel, además de estar llena de tesoros artísticos, arquitectónicos y culturales, cuenta con una de las leyendas más románticas de toda Europa, al nivel de la de Romeo y Julieta, inmortalizada por William Shakespeare y recuperada sucesivamente por el cine en infinidad de ocasiones. No por ser menos conocida es ésta menos romántica, y también ha inspirado a lo largo de la historia a artistas, dramaturgos y literatos españoles sin alcanzar, sin embargo, la fama internacional de la historia de los célebres enamorados de Verona.
Las similitudes son, por cierto, curiosas, ya que el relato nos habla igualmente de dos familias enfrentadas, en este caso los Seguras y los Marcillas. Resumiendo mucho, Diego Marcilla, tras conquistar fama y fortuna en tierras lejanas, regresa a su ciudad dispuesto a conquistar a su enamorada desde la niñez, Isabel, pero a su llegada escucha las campanas de su boda con un rico y poderoso señor de la región y, posteriormente, ante la negativa de ella a concederle un beso de despedida, una vez casada, muere de dolor a sus pies, tras lo cual ella expira también en los funerales, abrazada al cuerpo de Diego.
En 1555 se hallaron los cuerpos de ambos en la Iglesia de San Pedro, donde en su momento fueron enterrados, y en la actualidad reposan bajo una escultura de alabastro obra de Juan de Ávalos, bellísima y perfectemente labrada, en la que se observa a los amantes con sus cabezas ligeramente inclinadas una hacia la otra, y la mano de Isabel extendida hacia la de Diego sin apenas rozarla, gesto este que simboliza toda la poesía y la grandeza de su amor imposible. El Mausoleo se encuentra en un complejo que incluye también la Torre de San Pedro y, desde el 1997, se celebra una fiesta popular «Las Bodas de Isabel de Segura», que recrea en toda la ciudad el ambiente medieval con torneos, trajes de época, representaciones teatrales, mercado, música y baile.
Todo un atractivo turístico que se añade a los numerosos monumentos mudéjares de la ciudad, como la Torre y la techumbre de la Catedral, la Torre de San Martín, la Torre del Salvador o la Torre de la Merced, que le han valido la declaración como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
