Las Islas Baleares son mágicas. ¿O conoces algún lugar donde mar, playa y paisaje se confuden? Es Formentera, la niña pequeña y mimada de las islas, de pequeñas dimensiones, pero totalmente bella para escaparse un fin de semana.

Para empezar, tendremos que nombrar sus playas, de incomparable belleza, próxima al paraíso. Y es que Formentera ofrece nada más y nada menos que 20 km de playas de arena blanca y aguas transparentes. El número de playas es diverso y diferente. Es decir, cuenta con calas casi vírgenes, pero a la vez, otras más grandes. En cualquier caso, son playas para encontrar la paz y el descanso que te mereces.

Algunas de estas playas son la de Llevant, hacia el norte de la isla, es bastante transitada, con toda clase de servicios, desde bar, lugar para realizar deportes acuáticos, escuela de vela, restaurante, zona de voley playa…

La playa de Illetes es una de las más conocidas y también completas. En ella se pueden realizar un gran número de deportes acuáticos, pero también disfrutar de las tranquilidad de las puestas de sol. En este lugar destacan los servicios de trayectos marítimos hacia el puerto de La Sabina y la isla de Espalmador.

Las aguas cristalinas son mejoras en Es Pujols, uan playa ubicada en una de las zonas más turísticas de la isla. Ofrece un gran paisaje lleno de pequeños islotes, además de toda clase de servicios para que no te falte de nada en su estancia: zona de hamacas, bar, restaurante, aparcamiento, chiringuito, etc. Está próxima a las tiendas y mercadillos de la isla.

Si queremos ver gente, iremos a la playa de Migjorn, pues es la más grande. Hacia el sur, aunque tenga 5.000 m de largo y 20 m de ancho, es una de las menos transitada y una de las más tranquilas. Cada playa tiene su atractivo y se diferencia de las demás por sus actividades y su paisaje siempre diferente.