Las tierras aragonesas ofrecen un gran legado histórico en forma de monumentos y edificios de diferentes épocas. Esta riqueza cultural se debe a una gran parte de pueblos que han pasado por la comunidad, desde los romanos, pasando por los árabes, cristianos, visigodos…
Zaragoza es un gran ejemplo de esta riqueza arquitectónica siempre variada. La capital viene representada por la basílica del Pilar, eje de gran peregrinaje mariano y cristiano de todas las épocas. Este monumento es majestuoso y viene presidido por la gran plaza exterior. Está definido por el gótico y otros estilo más nuevos y destaca su fachada. Pero no es menos importante su interior, donde reposan algunos frescos del artista Goya. Está repleto de capillas y retablos que ofrece una completa adoración.
Para ir hacia la basílica siempre podemos hacerlo por la calle principal Don Jaime I, lleno de comercios y algunas calles peatonales, siendo centro histórico representativo. Es por esta zona donde abundan las tiendas para la comprar réplicas de las pilarica y otro enseres típicos. Las pastelerías se aúnan para ofrecer los dulces (de frutas rellenas de chocolate) y los caramelos aragoneses de grandes dimensiones.
Muy cerca de la basílica, se halla la catedral de la Seo, nombrada Patrimonio de la Humanidad por su antigüedad y por ser la primera catedral cristiana de Zaragoza. Está construida sobre una antigua mezquita. Los horarios para visitarla son amplios, pero pueden verse interrumpidos por las horas de misa. De belleza austera y sencilla, es bastante diferente a los recargamientos que vemos en la basílica del Pilar.
De Zaragoza hemos de resaltar la Aljafería, un palacio también nombrado Patrimonio de la Humanidad, que data del siglo XI. Sus capillas son muy interesantes, entre las que destaca la de Pedro IV. Es de resaltar el palacio de los Reyes Católicos con toda clase de arquitectura que admirar.
Otros lugares que recomendamos visitar es la lonja, máxima representación renacentista de la ciudad y la construcción civil más importante del siglo XVI en la comunidad. En su interior, el salón está formado por columnas y bóvedas.