El País Vasco es fascinante y recorrerlo durante octubre y noviembre todavía más. Sus paisajes verdes, el mar azul y pueblos infinitos que unen tradición y modernidad.
San Sebastián bien merece ser visto durante varios días. Pero si sólo tenemos una jornada, recomendamos algunos de los lugares imprescindibles que no debemos perdernos. Seguro que te atrapará.
Para empezar, la ciudad se define por sus fantásticas playas. La más conocida es la Playa de la Concha, nombrada así por su forma circular. Podemos dar un bonito paseo mientras observamos la playa, el mar y los surferos, pues es centro de concentración de amantes de este deporte. Si miramos al horizonte, vemos paisajes verdes intensos y por un momento pensamos que estamos en Irlanda o la vieja Escocia.
En este lugar se encuentran algunos de los edificios que protagonizan la ciudad. Es el caso del Kursaal, un gran centro de exposiciones y actos en un edificio vanguardista que llama la atención de los turistas. En este lugar se dan cita importantes acontecimientos, como el festival de cine de San Sebastián, al que acuden estrellas nacionales e internacionales.
Pero la ciudad es mucho más. Su paseo, dividido por la ría, nos aporta una vista increíble de la ciudad y de palacios señoriales, hoteles y casas con una arquitectura peculiar, más similar a la de una ciudad del centro de Europa.
Su casco antiguo es bello. Cargado de iglesias y otros monumentos religiosos, es vital perderse en sus calles. Basta con andar y pasear en busca de las populares tascas de pintxos vascos donde comer. No tardaremos en encontrarlas porque el centro está repleto de tales tabenas. Algunas son muy creativas y originales mientras que otras son tradicionales.
pero en todas ellas, los pintxos son protagonistas. Los hay de tantas clases y sabores que no daremos a basto. Los querremos comer todo… son consistentes, así que si crees que te vas a quedar con hambre, vas algo equivocado. De tortilla, de champiñones, de anchoas con queso idiazábal, chocos… y ello regado con el popular txacolí.