Septiembre suele ser un mes duro. Llegamos de las vacaciones de agosto y hemos de gastar algo de dinero para el colegio de los niños, la nueva oficina… ahora bien, todos tenemos ganas de una escapada que nos ayude a romper la rutina del trabajo diario.
Italia es un lugar perfecto para hacer realidad todos nuestros sueños. ¿Ir a Milán de manera low cost? sí, es posible por las cantidad de servicios que ofrecen actualmente muchas compañías. Para empezar podemos coger una avión de bajo coste que nos lleva directamente al aeropuerto de Milán, la capital de la moda.
Seguidamente cogeremos el tren o autobús que nos trae a la ciudad. En el aeropuerto algún italiano u otro turista se nos acercará para poder compartir billete, ya que 3 billetes salen más baratos que si lo hacemos por separado.
Un hostal o pensión será la mejor forma de gastar menos para alojarnos en la ciudad. Normalmente, las encontramos ubicadas en el centro y suelen estar cuidadas, con desayunos completos y precios reducidos. La verdad es que no necesitamos mucho más si lo que pretendemos es visitar la ciudad y no hacer vida en el alojamiento.
Milán es fantástica, por sus edificios y monumentos y por su gran arte, algo que caracteriza a la mayor parte de ciudades italianas. El Duomo es el eje central, una catedral digna de ser admirada que parece de cristal y está compuesta por multitud de mármoles blancos de una arquitectura gótica sin igual.
Recomendamos entrar en el interior que es gratuito y también subir a la azotea (a pie es gratis, y no cuesta nada) y en ascensor tiene un pequeño precio y va más rápido. Desde arriba veremos excepcionales vistas de toda la ciudad y el centro.
A la hora de comer o cenar, tenemos la suerte de que cual trattoria es especial y nos darán rica cocina italiana. Nombraremos las pastas de diveras zonas y sabores, las carnes, las pizzas y los postres. Por 15 euros tendremos un menú completo. En Milán no podemos perdernos ver las tiendas del centro. En este caso, si vamos en un viaje low cost, son tiendas para mirar pero no para comprar porque realmente los precios son excesivamente caros.