Ubicado en pleno corazón del suroeste de Francia, la zona del Lot conjuga magnitud de paisajes con una elegancia especial y senderos que nunca acaban para descubrir una de las partes más bellas de Francia.
Esta escapada nos ayudará a descubrir rincones totalmente sorprendentes del país vecino. Pues esta comarca desprende todos los encantos para disfrutar de turismo rural y cultural, a la vez, gracias a sus bellos pueblos, perdidos entre montañas y pura naturaleza.
El patrimonio del Lot está magnificado por un entorno de gran calidad y unos paisajes típicos franceses, en los que ver y admirar valles que parecen jardines llenos de frescor verdes, castillos en lo alto de las rocas y los acantilados (valles del Lot, del Célé y del Dordoña). Cuenta, además, con varios monumentos y localidades declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Entre sus poblaciones, recorreremos las animadas callejuelas de Cahors y Figeac, ambas ciudades con gran arte e historia. También encontramos el excepcional St-Cirq-Lapopie, la historia armoniosa en las bastidas que son herencia del siglo XIV: Castelnau-Montratier, Cazals, Bretenoux… y nos adentraremos en los sagrados santuarios de Rocamadour, declarado “Grand Site” de Francia.
Esta zona obedece a verdaderos cuentos de princesas, gracias a la cantidad de castillos que habitan. Uno de ellos es el de La Pannoniera, edificado sobre los vestigios de un granero Ccsterciene y guardado por la misma familia desde más de 300 años. Lo mejor es que podemos visitar su interior y ver cómo vivían la nobleza de aquella época. No nos dejará indiferente sus salones condecorados, las antiguas cocinas abovedadas adornadas de una chimenea del siglo XV y otras partes destacables.
Además de los castillos, las cuevas también aparecen entre las montañas de esta región. Entre las más destacadas está el precipicio de Padirac, una cavidad natural que se abre en la superficie de la meseta calcárea del Lot. Por estos senderos es normal realizar excursiones a pie y descubrir la fauna y flora de los valles.
