La organización de su boda «perfecta» implica una mezcla de factores, no menos importantes entre los cuales se incluye el vestido y un gran lugar para el evento. Con Ciudad del Cabo, Sudáfrica, como la ciudad de elección para su gran día, no tiene mucho que dudar. Ciudad del Cabo es una ciudad de cielos despejados, hermosas playas, magníficos jardines y una amplia lista de lugares para realizar tanto su boda como la fiesta.
La imagen de los jardines botánicos más antiguos y más grandes en el sur de África, Kirstenbosch, con las laderas orientales de Table Mountain como telón de fondo son ideales. Estos jardines contienen hasta 6 000 especies de flora y más de 22 000 plantas autóctonas, así es como la combinación de colores y todo lo que ofrezca la temporada que elija, no habrá paisajes en el mundo para comparar y complementar su estilo, mejor que este.
Los primeros momentos de la mañana son probablemente lo mejor de Ciudad del Cabo, la península recibe frecuentemente vientos fuertes del sudeste como los Doctor del Cabo, llamados así a los vientos de primavera y principios del verano, que limpian el aire de la contaminación, y tienden a hacer sentir su presencia en las tardes.
Sin embargo, usted cuenta con mucho para elegir, como la Ciudad Madre que tiene algunas de las playas más pintorescas del mundo, con grandes extensiones de arena, agua, y rocas estratégicamente colocadas para esos momentos de la foto.
Las playas de moda de Ciudad del Cabo en la costa atlántica son Camps Bay, Llandudno (sin duda una de las más bellas) y Noordhoek, con sus kilómetros de arena y dunas, y las playas de Bahía Falsa.
Las fincas de vino en los alrededores de Ciudad del Cabo tienen una belleza única y propia. Las bodegas se encuentran en pintorescos valles, rodeadas de majestuosas montañas y viñedos cargados de sus frutos durante los meses de verano.
El Cabo de la costa oeste, hasta hace poco estaba en gran parte sin explorar ni explotar, es una región de incomparable belleza y diversidad geográfica. Esta zona del mundo es famosa por su espectacular despliegue de flores silvestres en primavera, sus playas vírgenes hermosas cordilleras, y pintorescos pueblos como Darling, la Bahía de Santa Elena y el pueblo pesquero de Paternoster.
Y si eso no nos tienta, no dejaremos de nombrar los bosques sombríos de la Ruta Jardín. Con apacibles lagos, y numerosos pueblos de la Overberg muy pintorescos, y el Karoo, con sus llanuras arenosas, el calor brillante, y el distante humo azul de las montañas.
