Nueva York es una ciudad que nos sorprende durante todas las épocas del año. Aunque en invierno es posible que haga mucho frío y nieva, la ciudad es una maravilla por sus colores y luces. Pero otoño es quizás una de las mejores épocas de viajar porque no hace tanta calor como en verano.
Es vital compartirlo en pareja porque es realmente mucho más romántico. Una de las actividades más frecuentes que realizar es ir a pasear por el Central Park. De un verde intenso, nos regala momentos especiales gracias a sus lagos y monumentos que encontramos a su paso. Además, es un buen lugar para desayunar o para comer algo típicamente americano y mezclarnos con la gente de la ciudad, que son bastante abiertos y dialogantes.
Si estamos por el centro de Manhattan, nada mejor que llevar a tu pareja a edificio de Rockefeller Center y visitar esta gran área comercial. Es tradicional en invierno su destacada pista de patinaje sobre hielo al aire libre, toda una tentación que agrupa a grandes y mayores. Callejear por el centro nos va a llevar a visitar nuevos barrios muy atractivos donde destacan sus tiendas fashion donde quedarte con algo especial.
Por la mañana se suelen realizar algunos mercadillos improvisados en determinados barrios. Es el momento de adquirir piezas únicas y hasta de poder regatear para obtenerlas más baratas. A mediodía, aconsejamos saborear una gran hamburguesa con patatas y otros condimentos. Los platos suelen ser bastante generosos y las hamburguesas sabrosas y tiernas.
Por la tarde y antes de cenar, toca un momento de distensión con nuestra persona amada en algún bar o restaurante chic del centro porque es la hora del coctel. También denominada hora feliz, obtendremos dos cócteles a precio de uno. Es una tradición en la ciudad tomar este tentempié antes de cenar porque abre el apetito.
Y siempre podemos acabar una noche romántica en Nueva York con dos opciones: escuchando jazz en un club del centro o del barrio de Harlem o bien ver una obra de teatro en Broadway. ¡La ciudad te espera!
