Ripoll, por su situación estratégica y su temprana industrialización, ha sido siempre una villa receptiva de gentes de las más diversas procedencias y culturas. De este hecho parte su riqueza humana y social que, hoy en día, la hacen una población plenamente integrada en la modernidad pero que no olvida sus muchos siglos de historia. Aquí convive una intensa actividad comercial, industrial y empresarial con un entorno natural en que bosques, valles y cimas se conservan con armonía, dando a sus habitantes y visitantes una calidad de vida difícil de encontrar en otros lugares.
El punto de interés más característico y relevante lo encontramos, sin duda, en el Monasterio benedictino de Santa Maria. La primera iglesia fue fundada por el Conde Wifredo el Velloso en el año 879. Llegó a su máximo esplendor en manos del Abad Oliba. En su interior se conserva el elemento románico más importante, una monumental portada del siglo XII, también conocida como «la Biblia en Piedra». También encontramos las tumbas de su fundador y de Ramon Berenguer III, entre otras. En el altar, la imagen de la Virgen María en mosaico, y en la capilla de San Joaquín, San Eudaldo, patrón de Ripoll. El claustro de doble planta está situado en el lado sur de la iglesia y se construyó en varias etapas. Es destacable el ala norte, con capiteles ricamente adornados del s. XII. El resto, fruto de la reconstrucción del s. XIX, es de estilo neogótico.
A poca distancia del extraordinario complejo monástico, encontramos el Scriptorium, una exposición permanente que, de manera interactiva y didáctica, ofrece la posibilidad de conocer el pasado cultural de la población y la importancia que tuvo, a lo largo de los siglos X al XII, en la producción y copia de manuscritos, algunos de los cuales de los más importantes de Europa.
Al margen de la importancia de la villa en época medieval, cabe destacar también el importante papel desempeñado en la historia más reciente. De ello es testimonio, por ejemplo, la Farga Palau, uno de los últimos ejemplos de una industria histórica que tuvo un papel muy importante en el desarrollo industrial para la obtención de hierro durante los siglos XVII y XVIII, con los que se fabricaban armas de fuego, clavos, rejas…
El Museo Etnográfico de Ripoll, actualmente en obras, es considerado el más importante de Cataluña en su temática. Concebido a principios del siglo pasado, se consagró en un principio a evocar las costumbres locales, principalmente de la comarca del Ripollès, así como los antiguos oficios y la vida de pastores y campesinos, y más tarde extendió su campo de actividad a las desaparecidas industrias metalúrgicas de la región y la arqueología de la zona.
Fotos: Guillermo Pérez
Para más información: Turismo de Ripoll