La villa medieval de Santa Pau está situada al sureste de Olot, en pleno Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, entre las sierras de Sant Julià del Mont y Santa Maria de Finestres. Es sin duda el más rico y variado en fenómenos volcánicos de toda esta zona, con puntos de interés como el volcán de Santa Margarida, el Croscat o la célebre Fageda d’en Jordà, un bosque de hayas que en cualquier época del año ofrece una belleza de infinitos matices.
El pueblo conserva el interesantísimo recinto de la villa vieja, con una fisonomía y características medievales muy marcadas. Destaca la Plaza Mayor o Firal dels Bous, una plaza porticada -de perfil irregular y arcos desiguales- presidida por la iglesia parroquial (s. XV-XVI), en que las casas forman un conjunto adosado a la antigua muralla, siendo el lugar donde se celebraban los mercados y ferias. Se dispone en el entorno del castillo, un edificio grande, compacto y robusto que se levanta en el punto más alto de la población.
Destaca también la sobria iglesia de Santa Maria y las callejuelas colindantes, con ángulos repentinos y pronunciadas pendientes que desembocan en el Portal del Mar, que ofrece a su vez preciosas vistas de los valles cercanos. En éstos, como suele suceder en la comarca, podemos encontrar alguna iglesia románica de interés: Sant Vicenç de Sallent, Sant Martí Vell y, en un entorno especialmente atractivo, Sant Miquel Sacot. Desde Sant Julià del Mont, donde podemos llegar tras una caminata de dificultad media, la perspectiva de los valles y volcanes es fascinante.
El santuario de la Mare de Déu dels Arcs está a poco más de 2 km de Santa Pau y sus orígenes se remontan probablemente a una comunidad benedictina de finales del s. IX. La iglesia, sin embargo, no consta hasta 1098, momento en que era la parroquia de Santa Pau. Una nueva muestra del patrimonio medieval de esta comarca que, entre otros atractivos turísticos hemos intentado reflejar en esta serie de entradas que hoy concluimos. Sin embargo, cabe destacar para finalizar otros puntos de interés de la zona, como los monasterios de Sant Llorenç de Sous, Riudaura, Sant Ferriol o Sant Joan les Fonts, pueblo que cuenta con la Estada Juvinyà, edificio románico civil que alberga un Centro de Interpretación del Territorio. Las iglesias románicas de Sant Joan de Balbs, Santa Bàrbara de Pruneres, Santa Maria d’Escales, Sant Martí de Toralles, Sant Miquel del Corb, Sant Andreu de Socarrats, Santa Eulàlia de Begudà y, finalmente, la basílica del Santo Sepulcro de Palera, son una buena muestra de este património histórico de incalculable valor.
Fotos: Guillermo Pérez
Para más información: Turismo de la Garrotxa // Turismo de Santa Pau