Déjate arrastrar por el encanto de Portugal
La región que rodea la ciudad portuguesa de Oporto, en el norte de Portugal, está llena de lugares con encanto que podemos recorrer en un fin de semana lleno de romanticismo. A cada paso nos encontraremos maravillas arquitectónicas en un excelente estado de conservación, paisajes de ensueño y poblaciones llenas de historia y cultura local.
En casi cualquier rincón de la región podremos admirar iglesias, palacios, museos y monumentos y encontrar las huellas de un pasado glorioso, además de pintorescas fiestas populares y tradicionales, artesanía de todo tipo y un entorno natural de lo más atractivo y variado, con playas, montañas, rutas de senderismo, excursiones en bicicleta y, sobre todo, la tranquilidad que tanto echamos en falta en nuestra vida diaria.
En nuestro recorrido tendremos numerosas oportunidades además para disfrutar de la sabrosa gastronomía de la región, con cientos de especialidades de carne y pescado, de sus dulces postres y, naturalmente, de las delicias del vino de Oporto, uno de los más antiguos y apreciados del mundo. Vale la pena también realizar una estancia en alguna de las instalaciones termales de la zona, utilizadas desde la época romana o buscar un recóndito hotel rural rodeado del característico paisaje ondulante y verde de la región, donde olvidarnos de nuestras preocupaciones y encontrar unos momentos de paz.
No nos podemos perder las magníficas muestras de arte románico en granito repartidas por todo el norte de Portugal, un magnífico muestrario de sencillas decoraciones realizadas en este duro material, que tienen su máxima representación en las iglesias de San Pedro de Rates (en Póvoa de Varzim), San Pedro (en Paredes de Coura), San Salvador de Bravães (en Ponte da Barca) o en las imponentes moles de la Catedral de Porto y la Catedral de Braga.
En Guimarães, ciudad con un significado muy especial en el corazón de los Portugueses, podemos perdernos en la entrañas del castillo medieval en que combatió Afonso Henriques, el primer rey de Portugal en el siglo XII. El centro histórico de la ciudad está recogido en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y vale la pena también subir en teleférico al monte de la Penha, donde podremos admirar una de las vistas panorámicas más bellas de todo el país.
