¿Hay algo más romántico que regalar un fin de semana en Italia? Milán es hoy nuestra ciudad escogida para descubrir sus callejuelas cargas de historia y también mucho amor. Elige un hotel en el centro y empieza a vivir esa magia especial que tienen las ciudades de Italia.

Si queremos ver un poco de arte, en el mismo centro el edificio principal de la ciudad es el Duomo, caracterizado por su fino mármol blanco y sus ornamentos arquitectónicos. Su exterior es sublime, pero no lo es menos su interior, una amplia superficie de grandes dimensiones que nos ofrece tallas religiosas, vidrieras y retablos.

El entorno del Duomo está protagonizado por calles estrechas que nos evocan moda por los cuatro costados. No en vano, nos hallamos en la capital de la moda europea y ello debe notarse con una gran cantidad de tiendas de diseño que ofrecen piezas de gran valor adquisitivo.

Si te lo puedes permitir, puedes comprar unos zapatos de lujo en el cuadrante de la moda, seguro que son únicos y completamente especiales. Entre estos escaparates de diseño extremo, Milán presenta otros encantos como sus parques y jardines, algunos de los cuales se encuentran al lado del castillo Sforzesco, muy bello y con grandes ornamentos arquitectónicos, con una fina mezcla de estilos de diferentes épocas.

Otra de las obras de arte de Milán es la Última Cena, de Leonardo da Vinci, que se encuentra en el refectorio de la Iglesia del siglo XV de Santa Maria delle Grazie. Recomendamos reservar previamente, ya que si vamos es imposible entrar porque las entradas siempre están compradas desde hace tiempo por los turistas.

Este fin de semana romántico no puede acabar sin una buena cena a la italiana. Milán está repleto de trattorias y restaurantes donde saborear auténtica pizza y pasta tradicional. Recomendamos los helados, en cualquiera de las heladería de la gran ciuda.