La ciudad del modernismo es siempre perfecta para visitarla con tu pareja. En ella podemos hacer miles de actividades románticas en cada uno de sus barrios. Si disponemos de un fin de semana, debemos concentrar los lugares que visitaremos, pues es una ciudad que aporta un sinfín de cosas.
Hemos de vivir el modernismo en su máximo esplendor y nada mejor que en esta ciudad, cuna de este estilo tan particular. Para ello, empezaremos el fin de semana en el eixample. Concretamente, en Paseo de Gracia se hallan algunos los monumentos más representativos.
La casa milà o la pedrera, de gaudí, es fantástica tanto de día como de noche. Y delante también encontramos algunas casas señoriales, como la casa Ametller de Domènech i Muntaner. Además, pasear por este gran paseo es una fiesta por su gran cantidad de tiendas de moda, bares y restaurantes por lo que podemos hacer nuestras compras.
Estamos prácticamente en el centro. Basta caminar a pie hacia abajo para llegar a Plaza Cataluña, centro neurálgico de la ciudad y una de las plazas más grandes de toda España. Aquí empieza uno de los paseos más importantes del mundo: las Ramblas. A su paso, nos encontraremos con las ramblas de las flores, las estatuas humanas, el mercado de la boquería, el gran teatro del liceu, museos, galerías de arte, y al final la estatua de colón a la que podemos subir.
Si seguimos bajando, nos topamos con el mar. El port vell permite ver los barcos y una gran zona lúdica con las drassanas (atarazanas) y otros edificios portuarios. Incluso podemos subir a las conocidas golondrinas (embarcaciones que nos llevarán a hacer un paseo por el mar).
Estamos muy cerca del barrio gótico. Merece la pena dar vueltas por esta zona, donde se respira a historia. Por el gótico llegamos a Plaza San Jaume, donde está el Ayuntamiento y el Palau de la Generalitat, entre otros. Más abajo, visitaremos la catedral, de estilo gótico que nos llevará a otras callejuelas con larga cultura. Por esta zona hay gran cantidad de restaurantes de cocina catalana, ideales para cenar y tomar alguna copa en un bar emblemático o bien de diseño.
