La capital de las ciudades del mundo, Nueva York, sorprende al más incrédulo de los turistas al comprobar que exite una ciudad que lo tiene todo sin salir de ella. La siempre moderna y multicultural Nueva York muestra su lado más cool con fiestas, lugares de diseño, arquitectura nueva y tiendas fashion, pero también tiene montaña, playa y muchos barrios con toda clase de étnias diferentes.
Planifica antes tu viaje, porque en esta gran ciudad hay mucho que ver y no podemos perder el tiempo. En la gran manzana se hallan algunas de las calles más reconocidas, como la quinta avenida, con sus luces de neón y pantallas. Recuerda que aquí todo es a lo grande y a veces pasarás casi desapercibido por la excentricidad y gente que verás.
La Nueva York más romántica, especialmente si vas en pareja, tiene mil caras. Por ejemplo, Central Park, ese parque tan famoso que divisamos en múltiples películas donde vemos familias, parejas y deportistas. Coge tu desayuno y sumérgete en este parque que cuenta muchas historias, pues en él han tenido lugar algunos de los acontecimientos históricos más relevantes.
Otro de los barrios románticos es Brooklyn. Encontramos zonas residenciales con casas y pequeño jardín, y otras típicamente de la ciudad con una atmósfera encantadora. El barrio está repleto de nuevas empresas y tiendas de diseño y de ropa de segunda mano ubicadas en viejas fábricas reformadas. Pero también hay lugar para parques y jardines, y restaurantes y bares históricos. ¿Sabías que en en esta zona se come la mejor tarta de queso de toda la ciudad?
Otra jornada que no olvidarás es llegar hasta Staten Island, una isla ubicada al lado de la ciudad. Es tradicional coger su ferry (gratuito) y realizar este recorrido en el que verás la estatuta de la libertad bastante cerca.
Cambiamos de rumbo y volvemos a la ciudad. En la famosa zona de Broadway nos dejará la boca abierta por su paisaje urbano. Es famoso por sus teatros. Escoge alguno romántico y reserva tu entrada, pues los más famosos llenan su aforo en seguida (recuerda es una ciudad muy poblada). Otra opción es subir a la azotea de alguna terraza (en épocas más calurosas) y cenar románticamente y con mucho glamour. Ver la ciudad a tus pies es algo inexplicable.
