Ahora que empieza a apretar el calor de verdad, una buena opción para pasar un fin de semana romántico alejados del tráfico, del bochorno de la gran ciudad y del estrés, puede ser la preciosa ciudad gallega de Lugo, una de las capitales más bonitas de España, que cuenta además, gracias a sus excepcionales murallas, con el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 2000. Este impresionante monumento, que rodea por completo el casco histórico de la ciudad a lo largo de más de 2 kilómetros, se puede recorrer a pie en toda su extensión mediante un paso elevado, permitiendo al visitante espectaculares vistas sobre toda la ciudad.
La fortificación, una de las más grandes de su época, se construyó entre los siglos III y IV y es, además, la única que se mantiene íntegra en todos los países por los que Roma extendió su imperio. Originariamente, la muralla contaba con 85 grandes torres de 10-13 m de diámetro, de las cuales únicamente se conservan 71 parcialmente, además de 5 puertas, a las cuales se han ido añadiendo nuevas entradas con el paso de los siglos, hasta un total de diez. Lugo cuenta además con otros atractivos, tales como la Casa de los Mosaicos, el Museo Provincial, el Centro de Interpretación de la Muralla, el Centro Arqueológico de San Roque, la Sala de Exposiciones Porta Miñá, las Termas Romanas, el Santuario de Santa Eulalia de Bóveda y la Catedral de Santa María.
La ciudad, además de por su gastronomía, como no podía ser de otra manera en una capital gallega, y por el ambiente tranquilo y agradable de sus calles, especialmente el casco antiguo, por contar con numerosos monumentos, entre los que destacan los edificios religiosos, como las iglesias de San Domingos, San Francisco, San Froilán y Santiago `A Nova´, las capillas de San Roque, Santa María y el Carmen, el conjunto monumental de San Lázaro y las iglesias rurales, más de 50 dentro del término municipal, algunas de ellas muy valiosas e interesantes desde el punto de vista histórico y arquitectónico. También merece la pena detenerse a admirar edificios como el Ayuntamiento, el Palacio Episcopal, el Palacio de San Marcos, el Cuartel de San Fernando o casas nobles y palacios urbanos como los del Regidor Santiso, la Casa de los Montenegro, la de los Saavedra, el Pazo de Doña Urraca, el de la Maza, el de Orbán o el del Marqués de San Martiño de Ombreiro.
