Andalucía nos llena de misterio y elegancia en cada uno de sus rincones. Una escapada perfecta, romántica, para dos y con el embrujo andaluz de fondo: Jerez.
El legado histórico y la tradición que nos regala la ciudad viene marcada por la amabilidad de sus habitantes, su gastronomía siempre rica y un séquito de plazas y calles en las que perderse. Ubicada junto al río Guadalete, se encuentra entre montañas y el mar, cosa que la hacen todavía más atractiva y goza de temperaturas templadas todo el año.
Así que si quieres huir del frío, Jerez no es el Caribe ni las Canarias, pero te alegrará un poco más la vida durante el invierno. Déjate seducir por su casco antiguo, una visita que te sorprenderá y que es centro importante de eventos y reuniones todos los días. No en vano, está declarado como Conjunto Monumental Histórico-Artístico. Allí, yacen iglesias, palacios y edificios singulares que recorrer si tienes un fin de semana por delante.
En Jerez podrá disfrutar de numerosas establecimientos de todo tipo: salas de exposiciones, teatros, espectáculos, salas de cine, tablaos, peñas flamencas, bares de tapeo y restaurantes, pubs, discotecas, salas de fiestas, tiendas, boutiques y centros comerciales; toda una ciudad con una rica vida cultural y una noche animada que no le defraudará.
Recomendamos visitar los museos centrales de la colección Joaquín Rivero, Pintura Española de los S.XV al S.XIX, el Conjunto Monumental del Alcázar y Cámara Oscura, o el Museo Arqueológico Municipal, entre otras propuestas.
Vive el ocio de cerca. Jerez está considerado la «Cuna del Arte Flamenco». Esta ciudad ha sido desde el pasado siglo, la ciudad que más y mejores cantaores, bailaores y guitarristas ha dado a la historia del Flamenco. Es por ello que se realizan rutas de flamenco que no te puedes perder.
Y no te vayas de la ciudad sin conocer de cerca cómo se realiza el proceso de elaboración del tradicional vino y vinagre de Jerez, famoso en el mundo entero. El sistema tradicional de soleras y criaderas en su crianza es el éxito de su triunfo. Sus bodegas están perfectamente diseñadas como amplios edificios, con altos tejados a dos aguas, que guardan en penumbra unas condiciones constantes de humedad y temperatura indispensables para la elaboración de sus vinos.
