El romanticismos tiene un nombre: Viena. Y es que toda Austria es una maravilla para los sentidos, pues es un país realmente encantador, con poblaciones de película. Revive la historia de Sisi, Emperatriz, admira los palacos, piérdete en pueblos de montaña y alójate en un hotel imperial.
Innsbruck es una ciudad conocida por sus pistas de esquí, pero también por albergar un barrio central llena de edificios con mucha historia y una arquitectura de fusión neoclásica y barroca que entusiasmará a tu pareja.
Pero, sin duda, la capital, Viena es un espejismo cargado de magia, por sus nobles palacios y casas de estructura medieval, con infinidad de colores que llaman realmente su atención. Los jardines y parques son realmente numerosos y permiten descansar, dar una vuelta y conocer nuevos monumentos.
Una visita completa es subir al precioso Schonbrunn, donde vivió la rebelde Emperatriz Sisi, que ha pasado a la historia por su belleza y fuerte carácter. Parte de esta personalidad puede notarse en cada una de las estancias de este gran palacio. Si decides entrar, sepas que la visita es guiada por los diferentes rincones para hacernos una idea de cómo se vivía en aquella época.
Sus jardines son realmente excepcionales, y puedes subir hasta un pequeño monte por donde seguro la rebelde Emperatriz jugaba y vivía mil y una aventura. Reserva con antelación esta visita, pues aunque no llene de turistas durante todo el año, es un lugar de obligada visita por todo aquel que escoge Viena para sus vacaciones.
Hay mil lugares para alojarse. Lo mejor es elegir un precioso hotel imperial en el centro, sobre todo si vamos con nuestra pareja, pues el romanticismo será total. Ahora bien, sepas que los alojamientos no son baratos, de manera que si quieres algo más asequible sin perder encanto, las casas rurales de la zona, en la montaña y pueblos cercanos son de auténtico cuento. Costará algo más llegar a la ciudad, pero verás paisajes inolvidables.
Es hora de ir de museos. En la ciudad habitan gran cantidad de obras de arte, además del citados palacio, puedes ver el de Arte Moderno o el de Sisi. Date un respiro por el centro y come en un típico restaurante vienés, son preciosos y la cocina ofrece muchas posibilidades, donde las verduras y los vegetales son protagonistas.
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